¿Qué es la cirugía
refractiva?
Se denomina cirugía refractiva a los procedimientos quirúrgicos
destinados a corregir los defectos refractivos, como la miopía,
la hipermetropía y el astigmatismo. Los ojos afectados por
estos defectos son a menudo ojos sanos, pero su forma impide que
la imagen captada llegue correctamente a la retina.
Actualmente
se utilizan distintas técnicas en cirugía
refractiva, entre las que destacan el LASIK, la PRK y la lente
ICL. La técnica ICL puede utilizarse como complemento a
las otras técnicas. Mediante una minuciosas pruebas se decide
cual de los procedimientos es el más adecuado para la corrección
de cada defecto visual.
Tanto en el LASIK como en la PRK se utiliza
el LASER para cambiar la curvatura corneal y así modificar
el enfoque del ojo. En la implantación de la lente ICL,
la anatomía del
ojo no se altera.
La cirugía ocular correctiva con ICL proporciona
resultados predecibles, una corrección de la vista excelente,
presenta poco riesgo de complicaciones y baja frecuencia de aberraciones
de alto orden. Destaca sobre todo, porque mejora la visión
de pacientes no aptos para LASIK ó PRK.
¿Qué es la ICL?
La ICL (Intraocular Contact Lens) es una pequeña lente
plegable de colámero, un material hidrofílico, con
alto nivel de transparencia, flexibilidad y elasticidad. Este colámero
está creado de tal forma que sus atributos son similares
a los de las lentes naturales (cristalino), proporcionando un funcionamiento óptico
excelente y una biocompatibilidad óptima.
La implantación
de la lente ICL se realiza mediante cirugía
ambulatoria, durando entre 15 y 30 minutos por ojo. Pudiendo abandonar
la clínica al cabo de un tiempo corto y volver a sus actividades
cotidianas casi con total normalidad.
La ICL está diseñada
para ser implantada entre el cristalino y en iris, mediante una
pequeña incisión
de 3,0 ó 3,2 mm de amplitud, realizada en córnea
clara no requiriendo sutura para su cierre.
La cirugía se
realiza mediante anestesia tópica
(gotas).
Después de la intervención el paciente deberá aplicar
en los ojos unas gotas para prevenir infecciones e inflamaciones.
Siendo necesario realizar diferentes controles postoperatorios
para su control.
El mismo día de la implantación el
paciente experimenta la mejoría de su visión y en
pocos días se
recupera totalmente.
Ventajas de la ICL
La ICL es blanda y pequeña-Puede ser plegada
e inyectada dentro del ojo sin dolor en tan solo unos segundos
a través de una pequeña incisión en córnea
clara.
La ICL es invisible-Ni se ve ni se siente, por
su posicionamiento en el interior del ojo, sólo se disfruta
de la nueva calidad de visión.
La técnica
ICL es reversible-La lente
está pensada para permanecer indefinidamente en el ojo,
pero si fuera necesario, se puede retirar sin dañar las
estructuras del ojo.
La ICL corrige mayor rango de defectos
refractivos-Si
se necesita una corrección muy alta por encima del los límites
del LASER, la ICL es la elección, así como en pacientes
con córneas finas, ojo seco o pupilas grandes.
Alta
satisfacción del paciente-Es un proceso
preciso y predecible, proporcionando una alta calidad de visión.
Otras ventajas:
-La lente ICL absorbe los rayos
UV.
-La
lente ICL está colocada lejos del endotelio corneal.
-La
córnea permanece intacta.
-La
lente ICL no requiere ningún mantenimiento.
¿Quién puede operarse?
La lente ICL puede corregir la mayoría de los defectos
refractivos, incluso aquellos en los que los láseres convencionales
no están indicados, como por ejemplo la media y alta miopía,
córnea fina y ojo seco.
-Pacientes entre 21 y 45 años.
-Corrige la miopía y la hipermetropía
-Es necesario tener una profundidad adecuada en la cámara
anterior del ojo.
-Sin cambios en la graduación de la vista de más
de 0,5 dioptrías por año.
-No estar embarazada.
-No tener alergia a los medicamentos utilizados durante la cirugía
refractiva u otras contraindicaciones.
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